Tras el cierre de los mercados del pasado viernes la agencia de calificaciones S&P subió el rating soberano de España (de A- hasta A), todo ello a pesar de la incertidumbre política en la que nos encontramos. S&P considera que el PIB español continuará superando la media europea durante el período 2019-2022, a la vez que la situación presupuestaria y el saldo exterior siguen mejorando. Además, destaca la reducción de la deuda privada, con la política monetaria del BCE favoreciendo el pago de intereses.
Por otra parte, la canadiense DBRS acordó mantener el rating en ‘A’ pero revisando al alza su perspectiva, que ha pasado de ‘estable’ a “positiva”.
El 10 de noviembre asistiremos a unas nuevas elecciones generales (las cuartas en cuatro años). Las encuestas vislumbran una mayoría más holgada para el PSOE, si bien, la aparición de Más Madrid puede fracturar el voto de la izquierda y situarnos en un panorama de mayor bloqueo con un empate técnico entre ambas vertientes.
En relación a la economía mundial, la OCDE recortó las previsiones de crecimiento hasta su nivel más bajo desde la crisis (2,9% en 2019) y prevé que se reduzca en tres décimas en 2019 y cuatro décimas en 2020. Justifica sus previsiones en la duración y el incremento de las tensiones en los conflictos comerciales (EEUU/China) y que los gobiernos no están haciendo lo suficiente para evitar daños a largo plazo. La organización ha revisado y recortado casi todos los pronósticos económicos que realizó hace solo cuatro meses. Comenta que las políticas proteccionistas cobran un precio cada vez mayor en la confianza y la inversión, y los riesgos continúan aumentando en los mercados financieros.
En Europa, se confirmaba la ralentización de Alemania, con un avance del PIB del 0,5% en 2019 y del 0,6% en 2020, y el incremento de las tensiones en relación a la producción manufacturera, ya que dos de los principales índices asociados a la industria, han continuado reduciéndose a lo largo de agosto.
Alemania y diversos países de la zona euro con superávit están preparando una serie de estímulos económicos con el objetivo de inyectar hasta 140.000 millones en la economía europea con el fin de luchar contra la desaceleración económica.