El fin de semana comenzaba la Cumbre del G7, siendo el centro del debate la guerra en Ucrania y las herramientas posibles para continuar aislando a Rusia de la economía global, evitando al mismo tiempo dañar la cadena de suministros. Algunas de las propuestas que hasta el momento han salido fruto de la reunión son: prohibir la importación de oro ruso, limitar el precio del petróleo, y apoyo global en infraestructuras por importe de 600.000mm$ hasta el 2027 dirigida a los países más vulnerables.
En China, se celebraba en los mercados que no se reportasen nuevos casos de contagio por Covid por primera vez en dos meses. En cuanto a las materias primas, el petróleo subía con las buenas noticias que llegaban desde China, sin bien los inversores siguen con cautela la limitada oferta y una posible recesión.
Esta semana Rusia ha caído en default por primera vez desde 1918, debido al incumplimiento de sus obligaciones de deuda en moneda extranjera, tras finalizar el periodo de gracia de 30 días debido a las sanciones financieras impuestas por la invasión de Ucrania.
En clave europea, esta semana se celebrará la Conferencia de BCE en Sintra, Portugal, donde tendrá lugar el discurso más importante, con el BCE anunciando previamente subidas de tipos para julio y septiembre y, posiblemente más adelante, la llegada de la herramienta antifragmentación. Se espera además que Schnabel, miembro del comité ejecutivo del BCE, exponga las expectativas de inflación y política monetaria.
El miembro del Consejo de Gobierno del BCE Joachim Nagel afirmó que la historia ha demostrado que las expectativas de inflación a largo plazo pueden desligarse del objetivo si los bancos centrales son demasiado lentos en combatir la inflación. El alemán también comentó que las subidas de tipos de julio y septiembre en la Eurozona son el principio, y es necesario volver a situar los tipos de interés en el nivel neutral.
En Estados Unidos tuvo lugar la comparecencia de Powell ante el Congreso, donde hizo hincapié en el posicionamiento firme contra la inflación visto en la anterior reunión de la FED. Parece que, como viene siendo habitual, las decisiones se irán tomando en función de los datos previos a cada reunión y, por las declaraciones que hizo, parece que va a ser difícil conseguir una desaceleración suave. De momento, la FED intenta combatir la inflación por el lado de la demanda, mediante el incremento de los costes de financiación, la reducción del precio de los activos y mediante el fortalecimiento del dólar.
En el frente macro, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan cayó en junio a un mínimo histórico de 50 (vs. 50.2 previsto y 58.4 anterior), niveles no vistos desde la crisis financiera mundial. Sin embargo, la encuesta de expectativas de inflación de 5-10 años cayó ligeramente al 3,1% lo que refleja la confianza en el compromiso de Powell de controlar la inflación. El dato duda crucial de la semana será el deflactor de consumo el jueves que podría subir al 6.4%