Abrimos la sesión con unas curvas de deuda europea que en la jornada de ayer vieron cómo ampliaban ligeramente sus tires, lastradas quizá por varios componentes que van desde casuísticas políticas a datos macro positivos como el de Estados Unidos, pero que están aún lejos de suceder en Europa, más allá de los ligeros repuntes en la inflación.
Con todo esto, el bono alemán (reciente nueva referencia a 10 años) va camino de querer sobrepasar el umbral del -0,50% (ahora cotiza en el -0,51%) mientras las deudas periféricas repuntaron en tir para cerrar en niveles de 0,08% para el 10 años español y 0,62% para el 10 años italiano.
Durante esta semana tendrán lugar diversos acontecimientos político-monetarios que, sin duda, afectarán a la situación en los mercados, eventos tales como la cuestión de confianza al gobierno italiano de Conte, la toma de posesión del cargo por parte de Biden el próximo día 20 y la próxima reunión del BCE el día 21.
En Italia, el primer ministro Giuseppe Conte, ganó un voto de confianza crucial en la Cámara de Diputados ayer lunes, aferrándose al poder después de que un socio menor renunciara a su coalición y abriera una crisis política en medio de la intensificación de la pandemia del COVID 19. Conte hoy se enfrentará a una prueba más dura en el Senado, aunque se espera que gane por una leve mayoría.
En ámbito europeo, los mercados esperan que BCE señale su compromiso de utilizar toda la potencia de su plan de compra de bonos de emergencia de 1,85 billones de euros, teniendo en cuenta el deterioro de la evolución de la recuperación en el último trimestre de 2020 y las perspectivas para esta primera parte de 2021. Estas circunstancias posiblemente obliguen a Lagarde a reforzar el mensaje de soporte (refuerzo del guidance) y de despliegue de nuevas medidas si fuese necesario, si bien esta cuestión parece dividir a los responsables de la política monetaria.
Por su parte, en Estados Unidos se observan movimientos de ampliación de la curva americana, debidos a las perspectivas de un repunte acelerado de la inflación como consecuencia de una mejora del crecimiento en la segunda mitad del año, así como del impacto de las medidas de expansión fiscal.
Gran parte del mercado espera que la FED tenga mucho cuidado a la hora de retirar los estímulos, y no caiga en los errores de 2013. Incluso miembros importantes así lo han manifestado, apuntando a la necesidad de alcanzar una inflación del 2% durante al menos un año para poder considerar la retirada de estímulos.