En el mercado monetario, hemos visto como los diferenciales de la periferia respecto a los alemanes, han ido mostrando cierta inercia a la baja. Además, los activos de riesgo tuvieron una dinámica favorable con subidas en las bolsas, optimismo que se generó por la publicación de las noticias sobre la vacuna contra la Covid-19 y con las expectativas de que el grado de apoyo de los Bancos Centrales seguirá siendo un factor a tener en cuenta. Durante la semana pasada tuvimos la reunión virtual de todos los Bancos Centrales, que en circunstancias normales se realiza presencial en Sintra, Portugal. Este encuentro no nos dejó nada realmente nuevo, más allá de una reiteración de lo que se ha ido contando estos últimos meses, pero sí que se pueden extraer algunas conclusiones obvias.
Por un lado, tras la vacuna, quedan meses complicados de deterioro económico como consecuencia de las medidas restrictivas impuestas en esta segunda ola a los que inevitablemente habrá que hacerles frente mediante políticas fiscales que ayuden a mitigar el impacto. Pese a las noticias positivas de la vacuna, no se puede poner en riesgo y obviar la implementación de las medidas fiscales adicionales que se estaban barajando en los últimos meses, ya que se trata de poder cubrir la brecha temporal de los sectores más dañados hasta que se recupere totalmente la normalidad económica. Los Bancos Centrales no van a levantar el pie del acelerador en el frente monetario, la recuperación económica es muy frágil y no van a correr el riesgo de echar por tierra todo el esfuerzo realizado desde el mes de marzo.
Por otro lado, la financiación de las políticas fiscales demandadas requiere del soporte de los programas de compras de activos de los Bancos Centrales, que mantienen los precios a niveles mínimos. Aunque parece que quedan pocas alternativas para conseguirlo, el margen de maniobra sigue siendo amplio, quizás no en tipos, pero sí en importe de los programas, tipología de activos, control de curvas, préstamos a través del sector bancario, etc.
La reacción del mercado de crédito también ha sido muy positiva en este sentido, a las noticias positivas de la vacuna se añade el soporte de los Bancos Centrales y las potenciales nuevas medidas que podrían llegar en diciembre. La compresión de spreads que había comenzado la semana pasada tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos se ha acelerado, esta compresión se está produciendo tanto geográficamente, con el incremento de la demanda por activos de la periferia europea e incluso de mercados emergentes, como por tipo de activo, especialmente por aquellos sectores más perjudicados por la pandemia y que se habían quedado totalmente atrás en la recuperación gradual que se ha ido produciendo estos últimos meses.
Esta semana las curvas de deuda europeas siguen moviéndose hacia los niveles del preanuncio de la vacuna, si bien es verdad que a las deudas más Core les está costando un poco más, quizás por una mezcla de circunstancias variadas como son unas expectativas macro futuras algo mejores, la nueva irrupción en el mercado del nuevo vecino SURE, los movimientos de los tramos largos y el movimiento de flujos hacia otros activos como la bolsa. Es la periferia la que ha comenzado la semana cotizando casi a los mismos niveles que el lunes pasado, con el bono del tesoro al 0,09% y el bono italiano al 0,64% tras el rally desde el jueves pasado. El Tesoro español comunicó los bonos que emitirá en la subasta del próximo jueves 19, que serían el benchmark 5 años 0.0% 01/26 y el 0.80% 07/27.