En Europa durante los últimos días solo se ha hablado de los datos de inflación, y es que con una inflación del 7.5% en el mes de marzo, el Banco Central Europeo va a tener pocos argumentos para no acelerar el proceso de salida de la política monetaria expansiva. El dato es muy superior a la estimación del 6.6% que hacían los analistas y viene motivado por el mayor incremento de los precios de la energía (+44.7% interanual) y de la alimentación. El aumento mensual del componente energético fue el más alto registrado y según se estima, probablemente no hayamos visto el pico de inflación todavía.
El impacto en los salarios todavía está siendo moderado y se espera que se vaya acentuando durante los próximos meses. En Alemania se ha alcanzado el mayor dato de inflación desde 1970 (7.6%) y en España desde 1985 (9.8%). Las curvas de deuda han perdido un poco de fuelle a la espera de la reunión del BCE, así el DBR 10 años cotiza en zona de 0.60% y la deuda española e italiana se toman un respiro alcista en la zona del 1,50% y 2,10% respectivamente.
El BCE está en una posición complicada en la que por un lado está condicionado por esta presión inflacionista para acelerar la salida, pero, por otro lado, también condicionado por el impacto que la guerra pueda tener en el crecimiento. Sin embargo, a medida que pasan los días parece que la evolución de la guerra va perdiendo la atención del mercado para centrarse de nuevo en el frente de tipos de interés y en los próximos pasos de los bancos centrales a la luz de los datos de inflación.
En el Banco Central Europeo esta semana se espera más luz sobre como el conflicto entre Rusia y Ucrania está afectando a las opiniones del Consejo de Gobierno. Si bien los más agresivos abogan por sacar los tipos de interés del lado negativo en poco tiempo, otros miembros parecen ser muy conscientes del impacto económico en los datos y el mercado ya descuenta tipos al 0% para final de año. La opinión común es que se quiere poner fin a las compras de activos netos en el tercer trimestre del año.
Durante el fin de semana, Isabel Schnabel comentó sobre la continuación del proceso de normalización de las políticas, dadas las aún excepcionales medidas de política vigentes y los crecientes riesgos de que la inflación se sitúe por encima del objetivo en el medio plazo. La presión alcista de los precios de la energía y la recuperación de los salarios son los elementos que la están impulsando por lo que el proceso de normalización dependerá de las consecuencias económicas de la guerra, la gravedad del shock inflacionista y la persistencia.