El viernes pasado se publicó la inflación de la Eurozona, que volvía a debilitarse al -0,3% en septiembre, aumentando la presión para que el Banco Central Europeo amplíe los estímulos ya que se trata de la mayor caída de los precios en la región desde abril de 2016. La estimación preliminar del IPC de la Eurozona de septiembre también puso de manifiesto la debilidad de la economía, que puede verse incrementada por la segunda ola del coronavirus ya que la inflación caía más de lo previsto al retroceder un 0.3%, cuando se esperaba -0.2%. La semana pasada también hemos visto como los comentarios de diferentes miembros de los respectivos Bancos Centrales han hecho que el mercado de deuda saliese ligeramente de su atonía y reaccionara con compras.
Por su parte, Christine Lagarde, presidenta del BCE, volvió a mencionar la tendencia negativa de la inflación para los próximos meses, ya que confía que en 2021 se vuelva a números positivos. Aun así, el Banco Central Europeo pronostica una inflación del 1.3% en 2022, todavía lejos del objetivo. Lagarde mencionaba la importancia de anclar las expectativas de inflación a largo plazo, como ha hecho la FED, y las dudas que hay ahora mismo en mercado. El mercado parece que descuenta que esto pueda abrir la puerta a nuevos estímulos durante los próximos meses, algo que no sería inmediato, pero quizá sí a finales de año en función de la evolución de la recuperación, se baraja una ampliación del PEPP en otros 350 billones de euros.
En cuanto al calendario económico de la semana en Europa, habrá que estar pendientes hoy de la evolución del desempleo en Reino Unido y el índice ZEW de confianza inversora en Alemania. El resto de la semana no se espera la publicación de datos destacados hasta el viernes, cuando conoceremos el IPC de la Zona Euro. Aunque esta semana también hay que prestar especial atención a una nueva reunión del Eurogrupo para debatir sobre el destino preferencial del fondo de recuperación. Alemania propone que sólo los países que respeten el Estado de Derecho puedan beneficiarse de los fondos, ante la creciente alarma en la Unión Europea sobre el incumplimiento del Estado de Derecho en Polonia y Hungría. Ante esta situación, Italia, España y Grecia tienen mucho que perder con cualquier retraso en el desbloqueo de los fondos de recuperación. Desde Alemania se sigue con preocupación la gestión de la pandemia en España y los efectos que pueda tener en otros socios comunitarios.
Italia está siendo protagonista estas jornadas por las reducciones de los spreads frente a Alemania y España y parece que puede seguir teniendo margen para reducir los diferenciales en mayor medida. Vimos que la presión compradora sigue siendo algo más fuerte sobre Italia, lo que empujó el rendimiento de su benchmark de 10 años (BTP 1.65% 12/30) a un mínimo histórico de 0,785%. La rentabilidad del 10 años alemán volvía a tocar en la apertura de la mañana del viernes pasado el -0.55% y el benchmark doméstico se movía en torno a 0.22%.