Las bolsas europeas cerraban la sesión del viernes pasado con caídas, tras la falta de acuerdo en el Consejo Europeo del día anterior y con la publicación del peor IFO que se haya registrado jamás. Las caídas del viernes iban desde un 1,52% en el Eurostoxx 50 al casi 2% que se dejaba el Ibex 35. Por el contrario, en EE.UU., los índices lograban cerrar en positivo con ganancia para el S&P 500 de un 1,39%.
El conjunto de la semana se saldaba con pérdidas a ambos lados del Atlántico, con el Ibex 35 comportándose mal en términos relativos, perdiendo un 3,8% (la semana pasada bajaba un 2,8%), frente a menores pérdidas en el Eurostoxx 50, de un 2,7%, y en el S&P 500, por valor de un 1,3%. En el acumulado del año, el Ibex 35 refleja el peor comportamiento de entre los grandes países europeos, con pérdidas de un 30,7%, frente a un -25% en Eurostoxx 50, -21% en el DAX alemán o -26% en el CAC francés. Sin embargo, en EE.UU. las pérdidas son mucho menores, con el S&P 500 cediendo un 12% y un Nasdaq que pierde sólo un 3,8%. Es decir, a una primera fase de derrumbe al unísono de todos los mercados, con pérdidas que llegaban a un 40% en pocas semanas, ha seguido una fase de clara discriminación entre países y entre sectores.
En el ámbito de la pandemia, se sigue cumpliendo el guion que se venía anticipando las últimas semanas. En Europa, con una curva de infectados y fallecidos en clara senda descendente, los planes de “desescalada” o reapertura económica van dejando paso a la acción y en numerosos países, durante las dos próximas semanas, asistiremos a una vuelta a cierta normalidad en diversos sectores. En EE.UU., parece que las cifras de contagiados y fallecidos diarios estarían muy próximas a alcanzar el “pico” de la curva. Los mercados celebran que a lo largo de los meses de mayo y junio encontraremos la esperada normalidad, si bien será un proceso no exento de altibajos.