Tras unos días de intensa volatilidad y aversión al riesgo, la semana pasada terminaba con cierta tranquilidad en el mercado de divisas, con el par EUR/USD cotizando en un estrecho rango entre 1.1775 y 1.1755. Tras la reunión del BCE del jueves, el mercado tenía puestos los ojos en el apartado de datos macroeconómicos, con la lectura de diferentes PMI a ambos lados del Atlántico.
En primer lugar, conocíamos los PMI en Europa. Los datos de Alemania sorprendían positivamente al mercado, tanto el PMI de servicios (62.2 vs 59.1), como el PMI manufacturero (65.6 vs 64.2), anticipaban buenas lecturas en el conjunto de la Eurozona. En el caso conjunto de la Zona Euro, el PMI de servicios se aupaba a 60.4 vs 59.5 y el manufacturero hasta 62.6 desde una estimación de 62.5. Estos datos permitían cierto soporte al euro, y cuanto menos, lanzaban cierta estabilidad a los mercados, ávidos de noticias positivas.
Desde Estados Unidos en cambio, los datos recibidos eran mixtos, con la lectura del PMI manufacturero en 63.1, frente a la estimación del 62, en el lado positivo. Sin embargo, el PMI de servicios decepcionaba al mercado, con 59.8 vs 64.8, lo que hacía volver hacia cierto pesimismo a los mercados.
Esta semana estará marcada por la reunión de la Reserva Federal, aunque Europa también nos dejará datos que no podemos perder de vista, como las lecturas del IFO alemán, el clima de negocio (est. 102.1), valoración actual (est. 101.6) y expectativas (est. 103.3). En EE.UU. las ventas de viviendas nuevas atraerán las miradas del mercado, con una previsión de 0.792 M.
La Comisión Europea sigue trabajando para completar las claves de financiación de la transición digital y «verde», entre otras prioridades de la UE para relanzar las maltrechas economías tras la pandemia. De esta forma, parece que en el seno de la Comisión se está planteando relajar las normas de ayudas de Estado para facilitar la inversión pública y de esta forma ampliar el alcance de la exención de algunos sectores que necesiten el aprobado de Bruselas para inyectar recursos.
El déficit estructural de España llega al 5,2%, el mayor de Europa. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal española (AIReF), el coste estructural por la pandemia habría supuesto un punto del PIB. Este desequilibrio supone que podría resultar difícil el cumplimiento de los Pactos de Estabilidad y Crecimiento y que no se podrá aplicar una política fiscal contra-cíclica en el futuro de la economía española.