La semana pasada tuvimos varios eventos que podrían afectar al devenir de los mercados las próximas semanas. Por un lado, tuvimos la reunión de la FED, donde la entidad subía 25 pbs los tipos en la que probablemente sea la última subida de un proceso acelerado que empezaba en marzo del año pasado. Una pausa en la senda de subidas a la espera de nuevos datos y del impacto que los problemas de la banca regional puedan tener en la transmisión del crédito.
Sin embargo, respecto a la expectativa del mercado sobre el inicio de bajadas de tipos tan pronto como en el mes de julio, Jerome Powell fue contundente al considerar que las expectativas de la evolución de la inflación que hace el mercado difieren mucho de las de la FED. La FED entiende que el escenario de tipos reales actual (2% asumiendo inflación del 3%) es suficientemente restrictivo, a lo que habría que añadir el impacto de la retirada de liquidez vía reducción del balance.
Además, la fortaleza del mercado de trabajo americano vuelve a sorprender con 253.000 empleos creados en el mes de abril, frente a una estimación de 185.000 empleos y un dato del periodo anterior de 165.000. La tasa de desempleo se sitúa en el nivel más bajo desde 1969, en el 3.4%, y los salarios vuelven a incrementarse hasta el 4.4% anual desde el 4.3% de marzo. Estos datos están en línea con el resto de indicadores de empleo publicados durante la semana pasada, que muestran la buena salud del mercado laboral americano a pesar de los recientes rumores de enfriamiento debido a los despidos en las empresas tecnológicas y grandes empresas multinacionales. La resistencia y buena evolución del mercado de trabajo pone en duda las expectativas de inflación y el descuento del mercado de un escenario de bajadas de tipos relativamente cercano.