El pasado domingo, por sorpresa La Reserva Federal  (FED) recortaba 100 puntos básicos sus tipos de interés llevándolos al rango 0,00% – 0,25% en una reunión mantenida con carácter de urgencia. También decidía implementar un nuevo QE por valor de 700.000 millones de USD. Además, el Banco Central anunció que invertirá 500.000 millones en la compra de bonos   y otros 200.000 millones en valores hipotecarios para ayudar a los mercados a sortear la crisis que estamos viviendo motivada por la pandemia del coronavirus. En dicho comunicado, Jerome Powell señaló que la FED está en contacto continuo con los bancos centrales de todo el mundo, en una acción totalmente coordinada.

De forma coordinada con otros Bancos Centrales (BCE, más los Bancos Centrales de Inglaterra, Suiza, Japón…) se ofrecían swaps de divisas para tratar que la liquidez no sea un problema. Esta reacción de la FED, que es la segunda intervención de urgencia, “inter-meetings”, ofrece dos lecturas muy simples: que están reaccionando de manera rápida y contundente y, por otro lado, que parece que tienen que estar viendo muy mal la situación para tomar de nuevo, como en la crisis de 2008, la medida de llevar los tipos al 0%. De momento se descarta la incursión en tipos negativos.

A pesar del recorte de tasas de la FED y el anuncio del implemento de un nuevo QE, el sentimiento de pesimismo no se disipa de los mercados en medio de las crecientes preocupaciones sobre una recesión mundial debido al brote del Covid-19.