El comienzo de esta semana fue positivo y tranquilo en los mercados de deuda. Por un lado, el banco central de Australia subía 25 pbs los tipos de interés y su discurso no fue demasiado duro, lo cual seguía reforzando ese sentimiento del mercado de que la FED podría frenar el ritmo de subidas. Sin embargo, también tuvimos la publicación del IPC de la Zona Euro, que superó las expectativas alcanzando el 10,7%, lo cual provocó un giro en el mercado volviendo a ampliar las curvas de deuda soberana.
No se puede comparar la situación de Estados Unidos, donde el IPC da signos de al menos haber tocado techo, con la situación en Europa, donde crece continuamente sin la menor señal de freno. El benchmark alemán a 10 años cerró en niveles del 2,11%, mientras que en la periferia el bono español recuperaba la cota del 3,20% y el italiano en el 4,24%.
Durante la jornada de ayer, condicionada por el festivo de Todos los Santos, los inversores pusieron su atención en los datos macro, los cuales mostraron que las ofertas de empleo en EE.UU. aumentaron inesperadamente en septiembre, y el PMI manufacturero subió en octubre por encima de las expectativas. Estos datos positivos para la economía hicieron caer el entusiasmo del mercado, al disminuir las posibilidades de que la FED decida finalmente comenzar a reducir el ritmo acelerado de subida de tipos de interés.
Todo el mundo sigue muy pendiente de lo que pueda pasar en la reunión de política monetaria de hoy, ya que se descuenta una subida de 75 pbs y es complicado lo contrario. La clave va a estar en el tono del discurso de Jerome Powell, por lo que podría haber una tremenda volatilidad en cualquier dirección.