Esta semana tendrá lugar un nuevo encuentro de los líderes del G7 en Japón, en la orden del día está el fortalecimiento de las sanciones a Rusia atacando al sector de la energía y las exportaciones que ayudan a la campaña bélica de Moscú. Por otra parte, Estados Unidos también espera que los miembros del G7 acuerden ajustar su enfoque sobre las sanciones de modo que, al menos para determinadas categorías de bienes, todas las exportaciones queden automáticamente prohibidas a menos que figuren en una lista de artículos aprobados.
Por otro lado, el mercado sigue atento a los datos sobre las expectativas de inflación que desde los Bancos Centrales vienen mostrando durante los últimos meses. La semana pasada se produjeron algunos cambios relevantes como el del Banco de Inglaterra que elevó su previsión del 1% al 3,4% para el 2024, mientras que el Banco de Australia revisó a la baja en 30 pb sus previsiones para el 2023, situándola en el 4%.
Todo parece indicar que la Reserva Federal está a punto de hacer una pausa en las subidas de tipos dentro de su política monetaria, no obstante, algunos de los miembros del «bando duro» consideran que los datos más recientes sobre la inflación y el empleo no han proporcionado todavía pruebas consistentes de ralentización de la economía. En el otro lado del océano, el BCE está enviando señales de que el final del ciclo está cerca. El vicepresidente de la entidad, Luis de Guindos, afirmó la semana pasada que aún podrían producirse más subidas de tipos, pero matizó sus comentarios con la frase habitual de que las nuevas subidas dependerán del flujo de datos y de las consideraciones sobre el endurecimiento de las condiciones crediticias.