En Europa, el nuevo contexto económico y de mercado que ha generado la invasión rusa en Ucrania ha obligado al BCE a plantearse la necesidad de dar un nuevo giro y considerar si es buen momento para empezar a endurecer su política monetaria. La incertidumbre que ha provocado el conflicto entre Rusia y Ucrania podría modificar la hoja de ruta del Banco Central Europeo, a pesar del aumento de la presión inflacionista, que ha sido del 5.8% en febrero, comparada con el 5.1% en enero y superior a las estimaciones.
Tras el giro hawkish de la última reunión del BCE la entidad probablemente se verá obligada a matizar el mensaje y a modificar el calendario de salida sugerido en el mes de febrero, sin comprometerse demasiado y dejando plena flexibilidad. Sin embargo, la hoja de ruta a medio plazo no puede ser otra que la de salir de la política monetaria extraordinaria.
El BCE está elaborando una respuesta a la incertidumbre actual y está manteniendo todas sus opciones abiertas de cara a la reunión del próximo jueves para así enfatizar la opcionalidad y la flexibilidad. Entre las encuestas consultadas hay opiniones en las que se cree que la entidad finalizará el PEPP comprometiéndose a comprar 40.000 millones de euros en el marco de las APP para los próximos tres meses y a partir de entonces 20.000 millones al mes, para así encontrar el camino de la normalización. De cara a la comparecencia, no se espera que la presidenta Christine Lagarde se centre en este momento en la probable subida de tipos. Es posible que la subida de tipos, que era lo que se barajaba con más probabilidad antes del conflicto, ya no se materialice para septiembre, pero sí que está encima de la mesa la subida para antes del final de año, siempre y cuando la tensión geopolítica disminuya.
Ya que el mantenimiento del programa de compras va a retrasar las perspectivas de la primera subida de tipos, el alejamiento de la subida de tipos y la salida de los tipos negativos debería llevar al BCE a reconsiderar el fin de los términos favorables del TLTRO de finales de junio, vía incremento del tiering o extensión de los términos del TLRO. Es importante ver como el tipo de cambio del par EUR/USD se movía la semana pasada, como elemento inflacionista. También habrá que ver la nueva estimación del BCE tanto por el lado del crecimiento, con una posible revisión a la baja como consecuencia del impacto de la guerra y de la inflación, tras el fuerte incremento de los precios de la energía.