Comenzamos junio y el foco de atención y preocupación continúa siendo la inflación y sus efectos sobre el crecimiento y sobre las medidas a tomar por los Bancos Centrales, que ya comienzan a suavizar su discurso. La Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, reconocía en una entrevista con la CNN que se equivocó en relación la evolución de la inflación. Por su lado, el presidente Joe Biden promete en un artículo publicado por ‘The Wall Street Journal’ que siendo esta la mayor prioridad económica, no tratará de influir en las decisiones de la Reserva Federal, quien hoy comienza a reducir su balance.
Mientras en Europa, las bolsas se vieron muy condicionadas por la publicación del dato de inflación de la Zona Euro, que se aceleraba hasta el 8.1%, lo que llevaba a los inversores a esperar una política más agresiva por parte del BCE. La inflación volvió a alcanzar niveles récord impulsada en gran parte por los precios de la energía y los alimentos, a pesar que la inflación subyacente que excluye estos precios también aumentó considerablemente. El resultado fueron caídas generalizadas en las bolsas y en el mercado de deuda imperó la venta de bonos, así, el Bund subía 7pb al 1.12% y el 10 años español superaba el 2.20%.
Los rendimientos de la deuda pública de la Zona Euro volvieron a ampliar fuertemente, ya que los datos económicos mostraron que la inflación del bloque aumentó más de lo esperado. Después de los datos del IPC del lunes en España y Alemania, ayer era el turno de Francia, Italia y sobre todo de la Eurozona, donde el dato preliminar del IPC de mayo presentó un crecimiento interanual del 8,1% superando las expectativas de los analistas (7,7%) y el dato del periodo anterior (7,4%). Estos resultados aumentaron el temor a que la política restrictiva de los Bancos Centrales con mayor presión en su lucha contra la inflación suponga una entrada en recesión.