Abrimos la jornada de lunes con unas curvas de deuda europea consolidando nuevos niveles, tras los últimos coletazos que vimos la semana pasada de las dos variables principales que han marcado el devenir de las curvas en las últimas semanas: BCE y su programa de recompra, y la economía americana con sus macro-niveles de treasury (10 años, 1,64%).
Y es que la deuda periférica se ha ido poco a poco situando en niveles de prima mínima (zona +62 pbs) frente a la deuda núcleo, dejando atrás los recientes episodios de volatilidad, con un 10 años español que ha llegado a cotizar cerca del 98,50 (sin tocarlo) zona de 0,26% y por lo que parece con ganas de volver a intentar atravesarlo. En la sesión del viernes se vio bastante demanda de cliente final en los tramos cortos y, aparentemente, un BCE comprando en la zona del 10 años.
Por su parte a la deuda italiana le cuesta bajar de la zona del 0,60%, volviendo a ella cada vez que la supera. La semana pasada llegó a cotizar en niveles de 0,57%, algo tiene que ver el flujo vendedor que parece que se lleva dando toda la semana pasada en el 10 años, dejando la prima ligeramente por debajo de los 100pbs en una banda 0,92-9 que parece que es en la que se encuentra cómodo el mercado.
Por la parte de crédito, vemos que muchos emisores han aprovechado en la última semana para soltar lastre con nuevas emisiones. La semana pasada y finales de la anterior han venido bastante cargadas de primarios con volúmenes cercanos a los vistos a inicio de año. Popurrí de emisores y tipos de deuda, donde la tónica era ver plazos en el área del 2030, con algún emisor que combinaba colocaciones en el corto plazo 3-4 años a modo de marketing de los otros vencimientos mucho más largos que sacaba al mercado. En resumen, primas nulas que solo servirán si los ASW se contraen ligeramente, pero que salvo contadísimas excepciones no deberían de ser el fondo de armario de las carteras.