La pasada semana asistimos a una nueva reunión del BCE, en este caso totalmente intrascendente, evitando así cambios en los siguientes puntos:
- Tipo de intervención: 0%, facilidad del depósito: -0,50%, facilidad del crédito: 0,25%.
- Tipos de interés en niveles actuales (mínimos históricos) hasta tener una perspectiva de inflación cercana al 2%.
- A partir del 1 de noviembre, reinicio del programa QE a razón de 20 mil millones de euros mensuales; esta medida estará en vigor “durante el tiempo que sea necesario”.
- Se seguirá reinvirtiendo el nominal de los valores adquiridos bajo el anterior programa de QE prolongado tras la fecha en la que se comiencen a subir los tipos oficiales.
En su despedida del BCE, Draghi defendió los estímulos acordados en septiembre y concluyó que irían en consonancia con los indicadores y las incertidumbres globales que persisten todavía. Otro punto a destacar en su intervención fue el relativo a los apoyos que recibió por los consejeros en la política monetaria expansiva (grados de apoyo desiguales dependiendo de la medida) y que posibiliten asegurar el tono continuista que garantizará una transición tranquila que permita a los inversores tener confianza en las políticas monetarias del BCE y que gane credibilidad.
Draghi pasará a la historia como el presidente del Banco Central Europeo que no subió tipos durante su mandato.