Los mercados ya se encuentran cerrando el año con vistas puestas al 2023 y todas las miradas en los bancos centrales, con los tipos en el disparadero en las próximas reuniones. Los inversores están evaluando hasta qué nivel la FED subiría los tipos de interés, cuando se avecina una probable recesión para el próximo año. Los rendimientos de la deuda pública a corto plazo a ambos lados del Atlántico ampliaban, y los del largo borraron una caída, después de que los datos mostraron que la economía estadounidense creció a un ritmo más rápido de lo que se pensaba el trimestre pasado.

El PIB aumentó a una tasa anualizada del 3,2% en el tercer trimestre, una cifra revisada al alza respecto del 2,9% del mes pasado. Además, se mostró que el número de norteamericanos que presentaron nuevas solicitudes de subsidio de desempleo aumentó menos de lo esperado la semana pasada, lo que apunta a un mercado laboral con una oferta de trabajadores aún ajustada. Las peticiones semanales de subsidio por desempleo fueron 216.000, ligeramente superior al dato de la semana anterior (214.000), pero mejor respecto a las expectativas del mercado (222.000).

Desde la perspectiva de la FED, estos datos podrían alentar que se siga endureciendo su política monetaria, y eso es lo que vamos a estar debatiendo el próximo año. Los funcionarios de la FED esperan subir el tipo de interés a un día de referencia del banco central por encima del 5% el próximo año, sin embargo, los operadores de futuros de los fondos federales prevén un escenario más moderado, con una tasa máxima del 4,89% en mayo y un descenso hasta el 4,40% a finales de 2023.