La reunión del BCE de la semana pasada, ha sido sin duda la cita más más destacada del mes para los mercados, la cita discurrió más o menos como se esperaba. El Banco Central Europeo anunciaba la reducción del importe de las compras mensuales bajo el PEPP para el último trimestre del año, si bien se indicaba que lo harán moderadamente (slow down moderately). Son varias las consideraciones a tener en cuenta que se extraen de la reunión, como que las condiciones financieras, argumento sobre el que ha pivotado todo el discurso de Lagarde y Lane durante los últimos meses, son muy favorables y han mejorado sustancialmente desde el primer trimestre del año, momento en el que se decidió incrementar la senda de las compras bajo el PEPP.
En palabras de la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, esta reducción no debe considerarse como el inicio de ‘tapering’ sino tan sólo un reajuste en la operativa del programa que, en principio, acabaría en el mes de marzo del año que viene. Lo que está claro es que el BCE en ningún caso puede liderar el proceso de retirada de las medidas extraordinarias desplegadas por los bancos centrales, ya que debería ser la FED quien tome la iniciativa dada la evolución de su economía y de la inflación. Recordemos que la FED tiene su reunión a finales de mes y que, por declaraciones previas de diferentes miembros, parece que esta vez sí se podrían tomar medidas de cierto calado.
Lo que está claro es que la potencial retirada del PEPP en marzo de 2022 debería conducir a una revisión al alza de las compras al amparo del APP, que en la actualidad son de €20bn mensuales. Aunque todo apunta a que la próxima reunión del 16 de diciembre será la clave para conocer el destino del PEPP y su implicación en los mercados de deuda tanto Core como periferia y, por tanto, en los mercados de crédito.
Durante la jornada del pasado viernes se pudo apreciar como los mercados habían asimilado la reunión del jueves del Banco Central Europeo. Sin embargo, el par EUR/USD se mantuvo en un rango de 1,1810-1,1851, sin grandes movimientos en la cotización e impasible a los datos publicados. Las declaraciones de la presidenta del BCE respecto la retirada moderada de los estímulos monetarios han sido interpretadas por los mercados como “tapering dovish”, en una clara referencia a los consejeros más acomodaticios de la institución. El Banco Central Europeo también aprovechó la cita del pasado jueves para mejorar las previsiones económicas de 2021, según sus cálculos el crecimiento de la Zona Euro será finalmente de un 5% en niveles anteriores a la pandemia.