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El BCE mantiene sin cambios la política monetaria

En su reunión de la semana pasada, el BCE cumplió con las expectativas de sostener inalterada la política monetaria en la Zona Euro, tanto en tipos de interés como en el resto de las medidas excepcionales adoptadas por la pandemia, decidiendo extender así hasta el tercer trimestre del año su ritmo elevado de compras. Como […]

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En su reunión de la semana pasada, el BCE cumplió con las expectativas de sostener inalterada la política monetaria en la Zona Euro, tanto en tipos de interés como en el resto de las medidas excepcionales adoptadas por la pandemia, decidiendo extender así hasta el tercer trimestre del año su ritmo elevado de compras. Como era previsible, mantuvieron las tasas y la flexibilización sin cambios y reiteraron que continuarían apoyando la economía a través de sus diferentes programas. La presidenta, Christine Lagarde, ofreció un discurso mixto, ya que dijo que las presiones sobre los precios siguen siendo moderadas y que es demasiado pronto para discutir la reducción. Al mismo tiempo, el BCE revisó al alza la previsión de crecimiento al 4,6% para este año y al 4,7% para el próximo 2022.

 

Los rendimientos de la Deuda Pública de la Eurozona cotizaban el jueves de la semana pasada cerca de sus niveles más bajos desde abril, antes de que se llevara a cabo la reunión del BCE. Finalmente, el organismo elevó sus perspectivas de crecimiento e inflación, pero también prometió mantener un amplio flujo de estímulos, por temor a que una retirada ahora acelere un preocupante aumento de los costes de los préstamos y ahogue la recuperación económica del viejo continente. La presidenta del BCE indicó que se efectuarán más compras de emergencia durante el próximo trimestre a un ritmo significativamente mayor que durante los primeros meses de este año, pero sin ofrecer más detalles sobre los niveles previstos, incluyendo el factor de estacionalidad en referencia a los niveles de liquidez típicamente más bajos de los meses de verano. El Banco Central Europa ha comprado este último trimestre deuda por valor de unos 80.000 millones de euros en el marco del PEPP, frente a los 62.000 millones de euros comprados en el primer trimestre del año.

 

Los mercados se encogieron de hombros ante la noticia, ya que los miembros del consejo de administración habían dejado claro que el BCE preferiría pecar de precavido y no arriesgarse a una reducción anticipada del PEPP. A pesar del repunte de tires en las principales curvas soberanas europeas horas antes de la conferencia de Lagarde, posterior a la reunión, una vez finalizada la rueda de prensa de la presidenta volvieron a quedar flat, el benchmark español en niveles del 0,393, salvo los tramos largos de la deuda italiana que se estrecharon unos 2pbs.

 

También se esperaba una mejora de las principales previsiones económicas del BCE para la economía de la Eurozona, ya que los programas de vacunación se aceleran y aumentan las perspectivas de que el sector de servicios vuelva a ponerse en marcha, a medida que se suavizan las medidas de contención de la pandemia. Aunque Lagarde afirmó que había un ligero movimiento al alza en la inflación subyacente, subrayó que el panorama de la inflación seguía siendo débil y que la tasa general estaba muy lejos de su objetivo, cerca del 2%. El BCE también elevó sus orientaciones sobre el crecimiento, declarando que los riesgos están ampliamente equilibrados en lugar de inclinarse a la baja. Además, Europa va muy por detrás de Estados Unidos en su recuperación económica y también va retrasada en cuanto a las vacunas, por lo que cualquier retirada de apoyo anticipada por parte de la FED podría verse como una señal peligrosa.

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