Arrancamos una nueva semana con dos fechas claras marcadas en el calendario económico; la reunión del BCE del jueves, aun teniendo en cuenta que parece prematuro que haya anuncios importantes, y los datos de EE.UU. con respecto a su inflación y las solicitudes de subsidio por desempleo. Parece que, a largo plazo, el BCE podría verse obligado a reevaluar su política monetaria dado el cambio de la FED hacia tolerar una inflación más elevada, aunque la institución probablemente mantendrá los tipos, no podemos descartar una mayor relajación antes de finales de año.
La política monetaria volverá esta semana a escena con el encuentro del jueves, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde tendrá que justificar los movimientos expansivos del BCE y la revisión de la estrategia para los últimos meses del año.
Aparentemente, no se tomará ninguna decisión hasta que no se tenga la información completa del presente y el próximo trimestre.
Otro tema de actualidad son los niveles del Euro y la incidencia que podría tener en la actividad y la inflación, varios miembros del Banco Central Europeo como Philip Lane comentaron que un Euro excesivamente fuerte contra sus principales pares puede tener un efecto colateral negativo para el crecimiento de la Zona Euro, por lo que el mercado no descarta la aplicación de nuevas medidas de política monetaria en este contexto. Desde luego que el BCE no es ajeno a la fortaleza de la moneda única y tiene que supervisar los niveles que se están alcanzando para evitar una situación en la que la fortaleza de la moneda europea juegue en contra de la Unión Económica y Monetaria (UEM). El mensaje del BCE se centrará también en lo positivo de las cifras de crecimiento y la actualización de las previsiones.
En Reino Unido, la Libra se sitúa sobre 0.8950 en su cruce contra el Euro, tras comenzar a hacer mella en la misma la ligera apreciación del Dólar vivida recientemente, además de la difícil situación que se plantea ante un “hard Brexit”. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, estableció el 15 de octubre como fecha límite para alcanzar el acuerdo del Brexit o indicó que de lo contrario, seguirá adelante.
La deuda soberana europea se estabilizó en la apertura del viernes pasado tras la venta de acciones tecnológicas y una encuesta que mostraba el repunte de la Zona Euro desde su más profunda caída registrada en agosto. Las fuertes correcciones sufridas el pasado jueves en Wall Street, debido a la extrema sobrecompra de tecnológicas y divergencias en todos los frentes de dicha parcela bursátil, supuso una llamada de atención para los inversores. Los gestores de fondos han advertido que las caídas del jueves pueden ser un anticipo de dos meses difíciles a medida que los inversores institucionales regresen de las vacaciones de verano y vuelvan a centrarse en las posibles dificultades económicas.