La reunión del BCE no resultó indiferente a nadie y la nueva guía planteada por Draghi apunta a la estabilidad de los tipos para el primer semestre de 2020, con la intención de asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos al 2%.
En esta reunión se anunciaron los detalles de la TLTRO III, un programa más restrictivo que el anterior y que va a complicar el uso de ese dinero para hacer “carry trade” con la deuda pública de la mayor parte de países europeos. El BCE acordaba que el tipo de interés aplicable a cada operación se fijará en un nivel 10 puntos básicos por encima del tipo medio aplicado a las operaciones principales de financiación (MRO) del Eurosistema durante toda la vida de la operación.
Además, la preocupación por la evolución de la economía europea y la amenaza de ralentización, ha llevado a Draghi a mostrar su predisposición para usar las herramientas monetarias existentes en caso de empeorar la situación o prolongarse la incertidumbre. Entre las opciones encontramos desde la reactivación de la QE o la bajada tipos de interés. Esta última opción ha sorprendido a los mercados, pues se pensaba que los tipos estaban ya en niveles mínimos y las previsiones para el próximo movimiento eran de subida.
En lo que respecta a la FED, el mercado está haciendo ruido en torno a una bajada de tipos de interés para este año, pero a pesar de las declaraciones de que se hará lo necesario para sostener la expansión, lo cierto es que la Reserva Federal se encuentra neutral en estos momentos.